Año nuevo, yo nuevo, una frase común utilizada por muchos para describir la sensación de tener un nuevo comienzo al comienzo de cada año calendario. Algunos incluso lo aprovechan y se fijan metas en las que trabajar a medida que avanza el año nuevo. Las famosas "Resoluciones de Año Nuevo" son ampliamente conocidas por ser inalcanzables para muchos y cumplidas por pocos. Sin embargo, eso nunca ha impedido que las personas los establezcan porque al final la esperanza no muere.
Siempre hay esperanza de que este año me apegaré o tal vez solo tal vez, realmente pueda llegar allí este año. Muchos luchan año tras año para alcanzar estos objetivos. Muchos culpan a su falta de motivación, tiempo o voluntad, pero a veces el problema radica en los propios objetivos. Entonces, la pregunta en cuestión es la siguiente: ¿Cómo puedo establecer los propósitos de Año Nuevo que realmente cumpliré?
Consejos para Establecer las Resoluciones:
Hazlos realistas: este consejo es un poco cliché, pero se ignora bastante. No hay nada más desmotivador que los objetivos que realmente parecen imposibles. ¿Por qué trabajar por algo que sabes que no lograrás? También es importante diferenciar entre metas desafiantes y metas poco realistas. Las metas desafiantes harán que su trabajo sea más duro, mientras que las metas poco realistas lo harán trabajar en vano. Uno debe ser honesto consigo mismo e incluso pedir consejo a sus compañeros para asegurarse de que las metas sean alcanzables y manejables.
Dispara a la luna. Incluso si fallas, aterrizarás entre las estrellas: esta cita es bastante común y lo más probable es que uno la escuche al menos una vez en la vida. Aquí es donde entra en juego la distinción entre desafiante y poco realista. Claro, puede parecer lógico establecer metas casi imposibles para que uno pueda aterrizar lo más cerca posible. Pero, ¿qué sentido tiene emprender un viaje si sabe que nunca llegará a su destino? Es importante tener en cuenta que el objetivo siempre es la luna, por lo que para mantenerte en el camino debes ver la luna lo más posible. Si realmente tiene un objetivo (realista y posible) en mente, entonces fíjelo. Pero también recuerde, estos objetivos son flexibles, y si no llega exactamente al destino principal, al menos felicítese por acercarse.
Establezca subobjetivos: Tener un objetivo final claro en mente es crucial para mantenerse motivado, pero dividir el gran objetivo en subobjetivos más pequeños puede ser extremadamente útil. Es difícil planificar algo y mantenerse al día con un período de un año para completarlo. Los seres humanos tienden a posponer las cosas, por lo que cuando la fecha límite es el próximo 31 de diciembre, es fácil "establecerlo para más tarde". Quizás, establecer dónde uno quiere estar a finales de enero, febrero, marzo, etc. lo motivará más a seguir trabajando.
Recompénsese: no hay nada más motivador que saber que hay una recompensa al final. Por supuesto, la mayoría de las metas anuales tienen una especie de recompensa al final. Sin embargo, la recompensa a fines de diciembre puede no ser el mejor incentivo para seguir trabajando hasta enero. Recompensarse a sí mismo después de algunos avances es importante para que uno pueda mantenerse concentrado y no tener la tentación de deshacerse de las metas. La recompensa puede variar, y no tiene que ser algo grandioso, solo algo que te mantendrá feliz y te hará sentir realizado.
Con suerte, estos consejos ayudarán a crear un nuevo tipo de propósitos de año nuevo. Un tipo que es más realista y más fácil de lograr. Además, es clave tener en cuenta que hay que tener paciencia con uno mismo y que no es necesario esperar al 1 de enero para empezar de nuevo.
*Fotografía por Stacy
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